Lanzarote es, desde un punto de visto fisonómico, la isla más volcánica del archipiélago canario. Como consecuencia de los sucesivos procesos geológicos acaecidos a lo largo de su historia se ha configurado un variado paisaje con predominio absoluto de las formas volcánicas.
Estas estructuras, modificadas por los procesos erosivos, han dado lugar a escenarios muy diferentes. En los territorios más antiguos de la isla los edificios volcánicos han evolucionado hacia formas erosionadas dibujando una suave fisonomía que se contrapone con los escarpes, coladas y conos volcánicos de las zonas más jóvenes. Muestras emblemáticas de los fenómenos más recientes las podemos encontrar en el Parque Nacional de Timanfaya. La singularidad y belleza paisajística del entorno protegido la compone un mosaico de interesantes elementos geológicos y geomorfológicos de gran plasticidad. El inconveniente, para el fotógrafo y para el visitante más inquieto y curioso, es su rígido reglamento de visitas que en algunos casos roza el integrismo más intransigente y hace casi imposible la realización de un buen reportaje fotográfico o de un simple paseo. Para ello podemos visitar, en los alrededores del mismo, el Parque Natural de Los Volcanes, donde el ordenamiento es más flexible y posibilita la marcha por algunos itinerarios muy interesantes.
En este espacio protegido podemos visitar el cráter más extenso de la isla, Caldera Blanca, situado en medio de un vasto campo de lava, representativo de otros que ocupan diversas zonas de la isla.
Sobre uno de estos campos, recubierto por un gran manto de cenizas y lapilli negro, se asienta La Geria, un singular paisaje agrícola, transformado para su aprovechamiento vitivinícola. Las particulares formas de esta arquitectura agrícola han “construido” un paisaje único que sin duda nos cautivará.
Otro elemento conformador del marco paisajístico de la isla lo representa el viento. La cercanía con la costa saharaui hace que el siroco arrastre gran cantidad de polvo en suspensión que modifican las condiciones lumínicas y producen, en mayor o menor medida, una disminución en la visibilidad.
Por todo ello, Lanzarote es un buen lugar para los amantes del paisaje. La plasticidad, originalidad y colorido de sus múltiples escenarios no dejarán indiferente a su visitante.
En este enlace tenemos la información necesario para la realización del itinerario de Caldera Blanca.
http://es.wikiloc.com/wikiloc/spatialArtifacts.do?event=search
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